LA LLAMA INMORTAL DE STEPHEN CRANE

En su último libro, Auster ha apostado por alejarse de su forma de fabular habitual, llena de matices y giros extraños, para embarcarse en una biografía de corte literario. Consigue, ciertamente, transmitir pasión por Stephan Crane, el olvidado autor de La roja insignia del valor, un personaje que, según Auster, cambió la forma de entender la literatura. De algún modo, lo que se propone es saldar una cuenta histórica y reivindicar a Crane como uno de los grandes de las letras americanas.
Hay dos rasgos de esta obra que pueden restar interés: de un lado, el deseo del lector por conocer a un escritor que murió joven, con una obra importante, pero hoy prácticamente desconocida. Y, en segundo lugar, los análisis literarios del propio Auster, que no solo desvelan la trama de todas y cada una de las composiciones de Crane -incluso su final, lo que es una lástima- sino que sus apreciaciones son tan sutiles, tan subjetivas y tan detalladas que en ocasiones se hace un poco pesado continuar con la lectura.
Crane tiene algo de novelesco, pero no estamos ante una biografía al uso, sino en un repaso por su vida con el enfoque puesto en su obra. De familia religiosa, Crane nació en 1871 y llevó una vida no solo alejado de la fe en la que fue educado, sino de todo tipo de convencionalismos. Pasó sin éxito por la universidad, pero decidió llevar una existencia bohemia, frecuentando prostíbulos y escribiendo crónicas de todo tipo para los periódicos. Vivió en los bajos fondos, quedó prendado de la vida de frontera y un poco antes de su muerte atravesó el charco, donde hizo amistad con Conrad.
Auster tiene razón en recuperar su figura y, de hecho, su novela principal es una narración notable. Para mostrar su valía y riqueza literaria expone muchos ejemplos tanto de sus textos narrativos como poéticos o periodísticos. Y lo hace con pasión, de modo que el lector a veces se siente impulsado a adentrarse en la producción de Crane. Ahora bien, es excesivo el número de páginas y la exhaustividad con que nos introduce en el mundo de Crane.
De todas formas, se siente siempre el peso de la prosa y los hábitos literarios de Auster. Hay una crítica contumaz al capitalismo y se fija en un momento de la historia americana plagado de conflictos. Simpatiza con la inclinación del propio Crane, defensor de los miserables, trabajadores y prostitutas, lo que llevó a uno que otro disgusto y a un enfrentamiento con el mismísimo Roosevelt. Y hay alguna que otra mención a la vida sexual de Crane.
Auster incorpora muchas citas de la obra de Crane y la forma en que interpreta La roja insignia del valor es una muestra de su inteligente forma de leer. Indudablemente, de ello se puede aprender mucho. Pero es un libro para los que ya leen. No es una novela, sino más bien un estudio literario de primera magnitud.

TROA