LA LLAMADA DEL NORTE

Comenzado el año 1875 en Hamburgo, la joven Jaqueline Halstenbek sufrirá un duro golpe. Su padre, un famoso cartógrafo que venía arrastrando una fuerte depresión tras la muerte de su esposa acarreándole la ruina económica y social, fallecerá de una grave afección pulmonar. Acosada por los acreedores, sola en el mundo y sin medios para sobrevivir, no verá otra salida posible que emigrar a Canadá donde Alan Warwick, un antiguo amigo de su padre está dispuesto a ayudarla. Una vez allí se dará cuenta de que ha cometido un terrible error. Alan se mostrará como un depravado sin escrúpulos que solo busca casarse con ella para poder disponer de la posible herencia. Hecha prisionera en una vieja mansión, Jaqueline logrará escapar de manera fortuita y adentrarse en un espeso bosque canadiense. Desesperada y a punto de desfallecer la encontrará el joven Connor Monahan, dueño de un aserradero que le mostrará su ayuda incondicional desde el primer instante; una ayuda que muy posiblemente daría un giro a sus vidas.
Con una trama muy simple, lineal, y unos personajes superficiales, prototipos de novelas románticas dirigidas a un público poco exigente, la autora intenta crear escenarios de tensión siempre en torno a la figura frágil de una protagonista hermosa e inteligente que ha de enfrentarse al deseo libidinoso de los malos que la acechan. El protagonista principal, en la figura de Connor, será un dechado de virtudes con una moral por encima del resto y fuera de toda duda. Los personajes secundarios, como coral de acompañamiento, serán malos, sospechosos o anodinos. Las imágenes con contenido sexual son toscas y burdas cuando las escenifican los malos, aunque sin ser excesivamente explícitas. La relación amorosa entre los protagonistas y la manera de desarrollarse da lugar a una situación poco creíble en la época y el entorno social en el que se desenvuelven.

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