LA LLAVE DEL DESTINO

La tercera novela de Cooper combina elementos típicos de bestsellers: abadías y manuscritos que revelan secretos de inmortalidad, templarios, Bernardo de Claraval, arqueología y pinturas rupestres, tesoros arrancados a los nazis en la Segunda Guerra Mundial y la historia de Abelardo y Eloísa. Con cierto ritmo de thriller el autor combina tres épocas históricas. La actual está protagonizada por un guapo y mujeriego arqueólogo que descubre una importante cueva con pinturas rupestres asombrosas en un pueblo francés. Lo hace gracias al plano hallado en un manuscrito encontrado en una abadía cercana. El manuscrito tiene por autor al hermano de Bernardo de Claraval, amigo de Abelardo. Han descubierto un té elaborado con cebada, grosella y enredadera que les ha dotado casi de inmortalidad. La última época descrita es la del pintor rupestre, primer descubridor del té rojo.
Cooper ha logrado una novela entretenida en la que falla el dramatismo que él mismo provoca pero acierta en la forma de enlazar tres épocas tan distintas entre sí a través de personajes con cierta fuerza. Resulta curioso leer tantos errores históricos junto con otros datos verdaderos y la mezcla de plagios directamente citados como Jean M. Auel, “El Clan del Oso cavernario”, historias de Abelardo y Eloísa y de los templarios -muy del gusto del autor-, y datos científicos modernos en relación con el ADN. También introduce algún rasgo erótico y una chabacana orgía como culmen de la historia.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa