LA MALDICIÓN DEL BRONCE

El hijo adolescente de un antiguo conserje de un museo de Zaragoza, que fue sustituido por un equipo de guardias de seguridad, roba una valiosa pieza para demostrar que su padre desempeñaba el puesto con más eficacia que los nuevos vigilantes. Una compañera de clase, muy inteligente, le ayuda a planear los detalles, pero a última hora surgen complicaciones imprevisibles. La obra, bien escrita e ingeniosamente planeada, mantiene la tensión hasta un desenlace que resulta amargo, ya que el protagonista descubre que su padre no era el hombre digno de confianza que él creía que era. La novela, que es entretenida, ofrece una visión crítica y poco formativa de la familia.

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