LA NOCHE QUE NUNCA ACABA

Daniel es el protagonista de una experiencia en clave paranormal, llena de tensión y suspense, que no olvidará fácilmente. Para escapar de su mundo real, tras el abandono de su madre, su padre lo arrastra a pasar una semana de vacaciones al complejo de ocio más importante de Europa. Allí conoce a una misteriosa chica, Lexi, que nada siempre en el lago, y que sólo él puede ver. Narrada en primera persona por Daniel, la novela, de trama algo tópica, adquiere interés a medida que se va desvelando la sórdida historia que ha llevado a Lexi a su situación actual. Con tintes macabros y algunos pasajes escabrosos, al hilo del argumento principal se exploran otros temas como son las relaciones familiares, el alcoholismo o la baja autoestima de un adolescente problemático y con sobrepeso, marcado por la separación de sus padres, y víctima habitual de las burlas de sus compañeros. El entorno espectral en que se desarrolla la acción transmite el necesario toque inquietante, a la vez que sirve de escenario a conductas permisivas y poco ejemplares, que sólo se registran sin detenerse en ellas. Algo de violencia y un lenguaje directo y crudo en algunos de sus términos, hacen que esta lectura no sea adecuada para el público más joven.

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