LA PALABRA PERDIDA

Diversas firmas de productos farmacéuticos se disputan una supuesta receta magistral capaz de regenerar los tejidos y sanar graves heridas sin dejar cicatrices. Al parecer, según el dictamen de los arqueólogos, se trata de descifrar una fórmula grabada hace más de tres mil años en una piedra de cornalina originaria del desaparecido reino de Ugarit, en el actual territorio de Siria.
La palabra perdida alterna los episodios de acción, intriga y aventura con otros ficticios y de muy dudosa base histórica, teniendo en cuenta que aluden a hechos y personajes sobre los que apenas existen datos fiables. La protagonista, Anna Carrington, filóloga americana experta en lenguas antiguas, contratada por una fundación suiza, viaja a Lausana con la misión de traducir el texto grabado en la piedra de cornalina que obra en sus archivos. Llegada a su destino, se ve implicada en un violento conflicto de intereses en el que participan mercenarios, espías y traficantes de antigüedades que luchan a muerte por entregar la fórmula milenaria a la empresa para la que trabajan. Cuando la doctora Carrington descubre la falta de algunas palabras clave para descifrar el texto deberá seguir el curso de la piedra a través del tiempo (3000 a C.- siglo XVI d C) y del espacio y recorrer además diversas localidades europeas en busca del rastro perdido. La trama resulta un tanto confusa debido a la excesiva acumulación de sucesos y personajes que dificultan el seguimiento de la intriga y dan lugar a situaciones inverosímiles resueltas con escasos recursos literarios. Lorenzo de’ Medici, descendiente de la famosa estirpe florentina, hoy afincado en España, ha publicado varios relatos históricos sobre los miembros de su familia. La reconstrucción de escenas ambientadas en la Roma del Renacimiento presenta a sacerdotes, obispos y cardenales de la Iglesia en un ambiente de inmoralidad generalizada descrito con el estilo ligero y superficial de una crónica de la prensa del corazón.

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