LA PINTORA DE HIELO

Kristín Marja Baldursdóttir, autora de La pintora de hielo, narra como Steinuun, viuda y madre de seis hijos, no dejará de luchar hasta lograr para ellos un futuro mejor. A pesar de sus esfuerzos tendrá que sufrir la pérdida de su hija mayor, y el alejamiento de Karitas, la menor, que seguirá al guapísimo marinero Sigmar, una vez graduada como pintora en Copenhague. Los demás prosperarán de forma adecuada, sólo Karitas verá reducidas sus ansias de pintar. La incomprensión de las gentes del pueblo a sus manifestaciones artísticas, relegada a cuidar de los hijos y aguardar la llegada del esposo, tendrá que esforzarse por mantener la cordura y decidir sobre su propia vida.
Kristín Marja Baldursdóttir consigue trasladar al lector hasta las lejanas tierras de Islandia donde junto a la protagonista sentirá el frío intenso en las largas noches de invierno, miedo al saberse rodeado únicamente del hielo, angustia de lo invisible, y creerá estar percibiendo el olor del pescado en salazón y el humo denso causado en el afán por conseguir algo de calor con una pequeña estufa de leña. La pintora de hielo es un fiel retrato de la historia de Islandia en el primer cuarto del siglo XX. Las mujeres, como protagonistas más destacadas, serán quienes pongan rostro a las creencias, cultura, economía y sociedad de un país que, cansado de su inmovilismo, pronto decidirá tomar las riendas de su propio destino aunque con ello tenga que romper con el pasado. Karitas encarnará este espíritu que pugna por romper una tradición de siglos cuyo mayor referente es la mujer que espera. El frío, la noche y la grandiosidad de la Naturaleza marcarán el carácter de los actores de la novela. La parquedad de palabras en contraste con los profundos sentimientos llenos de arte y poesía en boca de Karitas cuando ésta crea y anuncia sus cuadros, serán fiel reflejo de un país de hielo bajo el que se esconde un corazón de fuego. La sensualidad en las relaciones amorosas, incluso en los sueños, serán muestra de ello.

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