LA RESTAURADORA

Desde los nueve años, Amalia Gray es capaz, al igual que su padre, de ver fantasmas. Esta pesada carga, que ambos guardarán en secreto, lleva a Amalia a crecer como una niña solitaria entre las tumbas de los cementerios donde su padre trabaja como conserje. Años después, licenciada en arqueología, se dedicará profesionalmente a la restauración de cementerios con cierto valor histórico-artístico. Su meticulosidad en el trabajo le llevará a recibir el apodo de “la Reina del cementerio”. Habiendo seguido siempre los estrictos consejos de su padre para evitar la mala influencia de los fantasmas, Amalia verá cómo su vida, hasta ahora tranquila, da un giro cuando tiene que colaborar con el inquietante detective Devlin en el esclarecimiento de varios asesinatos cometidos en uno de los cementerios en los que trabaja.
Con este libro, primero de al menos otros tres, Amanda Stevens pretende formar una especie de trilogía sobre La Reina del cementerio para dar forma a una serie que la cadena NBC pretende convertir en serie televisiva. Pensada más para este fin los protagonistas están encaminados a captar el interés de un posible espectador de pantalla. Con los ingredientes de novela negra, sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia, en busca de algún sentido para sus vidas truculentas, siendo casi todos cómplices de un secreto nefasto. La novela no llega a alcanzar el clima asfixiante de miedo o violencia en este tipo de historias centrándose excesivamente en los efectos paranormales, en los intereses sexuales de algunos protagonistas y en alguna percepción erótica en las relaciones personales.

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