LA ÚLTIMA GRULLA DE PAPEL

1945, Hiroshima. Ichiro está en casa de su mejor amigo Hiro, cuando los norteamericanos lanzan la bomba atómica. Desorientados y en medio de la devastación los dos chicos buscan y encuentran a Keiko, la hermana pequeña de Hiro. Los tres, rodeados de incendios, buscan ayuda sin recibirla ya que no existen casas ni hospitales en una ciudad donde solo deambulan heridos entre las cenizas. Las quemaduras de Hiro le impiden seguir adelante, así que Ichiro le promete que cuidará de su hermana hasta el final. Pero Ichiro no puede cumplir su promesa. Setenta años después la culpa y los recuerdos persiguen a Ichiro, ya anciano. Mizuki, su nieta, cuando conoce su historia, decide ayudarle a encontrar la paz y viaja con él al pasado y a Hiroshima.

Interesante novela juvenil escrita en prosa, verso libre y haikus, poema típico japonés. Esto no impide la lectura fluida del texto ni su comprensión, más bien la facilita.
Parte de la narración tiene valor histórico ya que se narra con mucha verosimilitud las consecuencias de la bomba atómica en los habitantes de Hiroshima, pero sin que sea una narración descarnada ni excesivamente desagradable. También se trata el tema de la culpa y las promesas incumplidas a lo largo de la vida y cómo ese sentimiento de culpa se puede superar. La autora añade algunos símbolos poéticos como el de una grulla hecha con papel que Ichiro deja en los lugares donde busca a la niña.
Hay algunas reacciones de los personajes que no se entienden bien, como por ejemplo que no busquen entre los heridos a sus padres ni se preocupen después por su paradero.
Una novela muy recomendable para que los jóvenes conozcan la historia de las primeras bombas atómicas y que puede dar lugar a debates en centros escolares.
Y también para que se acerquen a la poesía.

Silvia Martínez