LA ÚLTIMA SALIDA

La última salida es una novela psicológica centrada en el caso de un acaudalado hombre de empresa, Ted McKay, condenado por haber dejado en coma al abogado Justin Lynch tras una agresión cuyos motivos no fueron aclarados durante el proceso. Dado que en sus declaraciones Ted se mostró afectado por una paranoia aguda, ha sido internado en un hospital para enfermos mentales. La doctora Laura Hill se ha encargado de practicar la terapia adecuada para recuperar la mente del imputado y descubrir los motivos que le impulsaron a cometer el acto de violencia.
A través de numerosas sesiones, la psiquiatra desarrolla un plan de interrogatorios que desvelan la presencia de agudos traumas de infancia y juventud de Ted, derivados de una madre débil y enferma sometida a un marido que la maltrataba en presencia de su hijo. La influencia de tales episodios no le abandonó a lo largo de su vida, y le situó desde entonces en un mundo falso, donde realidad y ficción se confundían en su mente perturbada. Las entrevistas de la doctora y el paciente reconstruyen de forma gradual los hechos del pasado que enlazan con el presente en planos alternativos que conforman la trayectoria vital de Ted y explican las anomalías de su conducta. Así, aparece como un estudiante universitario atormentado por los recuerdos y más tarde en su nuevo papel de padre de familia de apariencia normal. Los avances del tratamiento médico parecen haber logrado sus objetivos cuando los desvaríos del enfermo cobran un signo diferente que altera los planes de la doctora Hill y desembocan en un final imprevisible y desconcertante. Federico Axat (Buenos Aires, 1975) maneja con habilidad los elementos narrativos de una trama complicada que transcurre a base de escenas superpuestas en tiempo y espacio, necesitadas de cierto esfuerzo de atención para no perder el hilo argumental. Tanto las referencias al psicoanálisis de corte freudiano como la descripción de un episodio de carácter más repulsivo que sexual, pueden resultar confusas, en el primer caso, y afectar de forma negativa la sensibilidad del lector, en el segundo.

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