LAS CHICAS DE SEPTIEMBRE

La novela comienza cuando una familia de inmigrantes irlandeses llega a Liverpool, con la esperanza de mejorar su calidad de vida. El azar hará que la esposa dé a luz en la puerta de una lujosa mansión donde su dueña también acaba de tener una hija.
A través de la historia de estas dos familias, y especialmente de las niñas -"las chicas de septiembre"-, la autora construye un sólido y extenso relato, ambientado en el norte de Inglaterra en la primera mitad del siglo XX, donde numerosos personajes de tres generaciones van entrelazando sus vidas hasta formar una sola familia. La obra reúne muchas características de la novela romántica: historias de amor, riqueza y pobreza que se unen en matrimonio, rencillas y reencuentros, romances frustrados y pasiones, así como sufrimientos y muertes a causa de la guerra. El perfil psicológico de los personajes está bien trazado y los diálogos tienen interés y aportan viveza. La complejidad de los sentimientos está bien reflejada. Destaca un sentido positivo de la familia, de la maternidad y de la religiosidad, aunque a lo largo de la narración hay varios adulterios y relaciones fuera del matrimonio. El enfoque de estas conductas es correcto y, en general, suele quedar patente la ilicitud de esos comportamientos.

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