LAS SOMBRAS DE LONGBOURN

De una manera muy correcta, Jo Baker se atreve a dar vida, y sobre todo a poner voz, a los personajes que como sombras deambularon en la famosa novela de Jane Austen “Orgullo y prejuicio”. Esta vez serán la criada Sarah y el lacayo Jame Smith quienes acaparen todo el protagonismo sustituyendo a la joven Elizabeth Bennet y al señor Darcy como personajes principales de la famosa obra.
Cuando Sarah llega a Longbourn desde el orfelinato donde la habían recogido a la muerte de sus padres, la casa de la familia Benet ha perdido ya casi todo su esplendor. Bajo las órdenes del ama de llaves aprenderá a realizar los quehaceres que se le suponen a una criada al cuidado de cinco señoritas y una histérica madre que no tiene otro objetivo en la vida que casar adecuadamente a cada una de sus hijas. Con la llegada de Jame Smith como lacayo el mundo de Sarah comenzará a adquirir una nueva dimensión, la dimensión que da el amor.
Con esta novela Baker nos cuenta la historia desde otro punto de vista. Las señoritas Benet seguirán siendo hermosas y educadas, pero también personas caprichosas, que ensucian ropas y prendas que es necesario lavar una y otra vez, que tienen necesidades fisiológicas como todo el mundo y que, tras una fachada reluciente, se esconde el trabajo agotador de quienes viven entre la cocina y el establo. Como dice la misma autora en la nota final al libro “cuando se sirve una comida en Orgullo y prejuicio, ese banquete se ha cocinado en Las sombras de Longbourn”. Una novela original, con algunas imágenes y expresiones que Austen no se hubiese permitido, pero con un final que ella misma hubiese subscrito.

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