LLÉVAME CONTIGO

Un chico de dieciséis años trabaja durante las vacaciones de verano en el Ayuntamiento de Jerusalén. Uno de sus primeros encargos es encontrar al dueño de una feroz perra que vaga por las calles. Esto le lleva a entrar en contacto con una joven que, para recuperar a su hermano, se ha introducido en el mundo de la droga y ha caído en las redes de un estafador sin escrúpulos.
Los adolescentes están caracterizados con trazos vivos y verosímiles que muestran la complejidad de la edad que atraviesan. Falta de seguridad e intento de aparentar que se tiene; temores e ilusiones, si no enfrentados, con poca armonía entre sí; una mirada lúcida ante la injusticia; y, en definitiva, carencia de respuestas ante las conductas de los adultos, quedan aquí plasmados con buen estilo, habilidad y léxico rico. La trama tiene elementos de intriga y de aventuras, y capta la atención. Los diversos planos en los que avanza la novela y la descripción del parcial descubrimiento de la cara oculta de la ciudad requieren una lectura atenta.
Por esta novela, Grossman (Jerusalén, 1954) obtuvo el Premio Sappir 2001.

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