LO QUE PERDIMOS               

La primera novela de esta escritora (Birmingham, 1970) comienza en 1984, cuando una niña de diez años, que sueña con ser detective privado y se dedica a observar sospechosos en un centro comercial, desaparece y es dada por muerta. La segunda parte, ambientada en 2003, está protagonizada por un vigilante jurado y por la encargada de una de las tiendas del mismo centro comercial, donde en ese momento la pequeña es vista paseando. Una policía, antigua compañera de clase de la niña, investiga el hecho.
La obra constituye una visión onírica, surrealista, de los centros comerciales, de sus compradores, que vagan como sonámbulos de tienda en tienda, y de sus vendedores, obsesionados por los objetivos económicos que les marcan sus jefes. La última parte de la historia es la mejor lograda, en tanto que recoge experiencias de la autora; menos conseguida es la precedente, referida a una niña algo excéntrica; pero lo que no queda bien resuelto es el ensamblaje técnico de ambos tramos narrativos. Las pérdidas que los seres humanos experimentan, sobre todo en su imaginación, al pasar a la vida adulta quedan noveladas con un realismo ribeteado de fantasía, que apela a la emotividad pero a la vez se expresa de modo un tanto confuso. Se trata de la mezcla poco equilibrada de retrato social, intriga e historia de fantasmas.

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