LOS ATAJOS DE YUKO

Del narrador de esta historia solo podremos saber que es japonés de mediana edad, que ha estudiado en la universidad y que por un tiempo trabajará para la tienda de antigüedades Furacocoya en Tokio con la oportunidad de vivir gratis en una habitación atestada de muebles situada en la planta superior de la tienda.
Desde ese reducido espacio mantendrá informado al lector sobre los detalles de las personas, las cosas y los acontecimientos que tendrán lugar en ese pequeño entorno, pero que, aunque de forma provisional, para él constituye todo su mundo.
Con diálogos breves y situaciones a veces absurdas, el autor consigue definir de una manera inteligente y un fino sentido del humor a cada uno de los personajes y la relación mantenida entre ellos. Aún mostrando un cierto desapego entre los actores de la historia, que para la cultura occidental puede resultar inquietante, las relaciones evolucionan de una manera afectuosa apoyadas en los pequeños detalles. A penas se habla con el corazón, no hay sentimientos que afloren, podría decirse que todo se hace de una manera aséptica y sin embargo, no es deshumanizada. El autor logra trasmitir al lector interés por la vida de cada uno de los personajes, más con aquello de lo que no se habla que con lo que se dice de forma explícita.
De Yu Nagashima se podría decir que es autor de detalles. No deja de exponer un movimiento, un color, un sonido, por nimio que sea si aquello logra situar al lector en una situación de comprensión de la escena. El resultado de la novela para un occidental, más aún para un lector mediterráneo, puede sorprender por lo distinto que resulta su cultura con la cultura social japonesa que en ella se presenta. En cualquier caso, interesante.

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