LOS DIOSES CARNÍVOROS

El protagonista de “Los dioses carnívoros”, Damián Ferrer se ha quedado en paro después de haber trabajado más de veinte años en la misma empresa de marketing. Sabe que no le va a ser fácil encontrar otro trabajo a sus cincuenta años. Por eso acepta un empleo como conserje de un edificio; le parece bien pagado y piensa que necesita ese tipo de vida tranquilo. Su vida ya es complicada; se ha divorciado, algo a lo que suele dar vueltas y de lo que en parte se culpabiliza, y tiene una hija, Olvido, con la que no siempre acierta a entenderse; lo mismo le sucede con su hermano Jaime. Ahora solo aspira a vivir sin estrés, pero ese deseo se aleja. Ya en el primer capítulo Damián presencia un asesinato de un modo puramente casual: un hombre empuja a una mujer a las vías del metro. A partir de ahí la acción se complica con nuevos personajes y nuevos datos, en una trama con ritmo de thriller. No falta un amor precipitado, y que describe con excesivo detalle, con Alicia, una Doctora que tiene la consulta en el bloque del que es conserje, que describe con excesivo detalle.
Balanzá escribe con soltura un texto expresivo y casi gráfico. Con prosa llana y directa, transmite al lector la incertidumbre, el temor, el recelo y el miedo ante lo desconocido o lo que podría suceder. Una novela con ritmo, que transmite una sensación de rapidez, la percepción de que los hechos se aceleran hacia un desenlace inesperado.
El escritor español Rafael Balanzá (Alicante 1969) publicó en 2007 “Crímenes triviales”, una serie de relatos cortos. “Los asesinos lentos” fue su primera novela con la que ganó el premio Café Gijón en 2009. Después ha cultivado el género thriller en “La noche hambrienta” y “Recado de un muerto”.

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