LOS GRANDES SOFISTAS EN LA ATENAS DE PERICLES

Hoy se habla mucho de manipulación informativa y de posverdad. Romilly, una clasicista gala de enorme prestigio, escribió numerosos libros sobre la cultura griega a fin de poner de manifiesto tanto su influjo como su brillantez. RBA ha vuelto a apostar por reeditar sus textos y le toca ahora el turno a los ensayos dedicados a los sofistas. A través del estudio pormenorizado de su obra y con su erudición, la académica francesa puso de manifiesto en esta joya la importancia cultural de un movimiento que cuando se estudia suele ser para criticarlo.

Frente a lo peyorativo, la francesa insiste en que el encumbramiento de la cultura griega se produjo gracias a ellos. Tras la filosofía más natural de los llamados “presocráticos”, los sofistas y sus numerosos discípulos dirigieron la mirada hacia los asuntos humanos. Por eso, gracias a ello se inició la reflexión sobre la peculiaridad del ser humano, la política, el lenguaje, la ética y la oratoria.

Por otro lado, señala Romilly, es injusto condenarlos de manera global, sin diferenciar las aportaciones de uno y de otros. Además de subrayar que la civilización occidental que arranca en Atenas tiene su base en la sofística, pone de manifiesto que sin el ejercicio de la libertad que ellos lograron no se hubieran abiertos tantos frentes ni preguntas. La discusión sobre los límites del poder, la idea de justicia o la educación constituyen campos en los que fueron innovadores.

Otro de los aspectos a considerar de esta obra es la manera en que Romilly advierte de la importancia actual de los sofistas. Cuando ella escribió nada se había hablado de la posverdad ni el avance de las tecnologías había tenido todavía ese impacto; con todo, conocer lo que estos pensadores -Gorgias, Protágoras, etc- dijeron para mejorar la vida de sus ciudadanos es necesario si se quiere comprender el contexto ideológico de hoy. También aborda el conflicto con Sócrates.

TROA