LOS MANDIBLE

Lionel Shriver, (Carolina del Norte, 1957) cuyo verdadero nombre es Margareth Ann Shriver, narra en esta su decimotercera novela publicada, la historia de una típica familia de clase media alta de Nueva York en un futuro no muy lejano, fechado entre 2029 y 2047. En el primer momento, la crisis financiera que amenazó al mundo occidental en 2008 se repite con más fuerza y arruina a gran cantidad de miembros de la burguesía de cuyo estilo de vida Los Mandible, abuelos, hijos y nietos son prototipos muy representativos. La falta de ingresos provoca en sus existencias cambios radicales, cuyos resultados se aprecian de modo muy evidente dieciocho años después, en la segunda parte de la novela.
La autora predice un porvenir nefasto para el estilo de vida americano tradicional, debido a la bancarrota del actual sistema financiero. Estados Unidos deja de ser el país más poderoso del mundo, su democracia, con un presidente hispano, pierde gran parte de su característico espíritu liberal y con la ruina del sistema y la inflación desorbitada, desaparecen también la ley y el orden en la sociedad. Ciudadanos pacíficos y bien educados se comportan como bandidos y las familias cuyos miembros han perdido sus viviendas por no atender las hipotecas, se hacinan de forma insalubre, lo que da lugar a peleas, promiscuidades y engaños. Mientras tanto, los jóvenes con los padres en paro, no pueden matricularse ya en las caras universidades donde pensaban estudiar y se dedican a la prostitución o a prácticas ilegales de diversa índole para sobrevivir. El Estado, cada vez más policíaco, no se preocupa de esta situación sino de cobrar por la fuerza unos impuestos siempre en alza que casi nadie puede pagar, lo que siembra las calles de gente sin techo y conduce a muchos al suicidio. La acción hábilmente desarrollada, refleja con notable perspicacia psicológica y amarga ironía, los efectos de la pobreza en una sociedad habituada al confort y a valorar a las personas más por sus bienes que por sus virtudes. Los aspectos más miserables de unas familiias consideradas cultas y bien educadas, se revelan con inusitada violencia especialmente en los más jóvenes y con resignada desesperación en la mayor parte de los adultos y ancianos. La trama perfila con minucioso detalle las consecuencias morales de una decadencia material que afecta sobre todo a los americanos blancos y en cambio abre paso a los latinos y asiáticos, más habituados a vivir en precario, sin contar con la seguridad que proporcionan un trabajo estable, unos ahorros cuantiosos y las expectativas de heredar a sus parientes. Esta situación, en la segunda parte, culmina con el dólar convertido en una moneda débil, las empresas en manos de extranjeros, los americanos como inmigrantes pobres, rechazados en otros países y algún estado segregado y dispuesto a partir de cero, donde pueden refugiarse quienes conservan ciertas esperanzas de un porvenir mejor. La novela, escrita con estilo ágil, muestra ciertas caídas de ritmo a lo largo de un desarrollo argumental complejo, por el elevado número de personajes, los distintos planos ambientales y las referencias a cuestiones políticas y económicas que no siempre resultan comprensibles y convincentes. La inquietante y no del todo inverosímil coyuntura que la autora imagina para sus personajes, está concebida de modo profundamente pesimista, con olvido de todo horizonte moral o religioso y sin que haya nadie capaz de conservar una conducta digna incluso en los peores momentos.

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