LOS MISTERIOS DE LA GATA HOLMES

Los misterios de la gata Holmes es el primer episodio de una larga serie de novelas policiacas del comediógrafo y guionista japonés Jirò Akagawa (n.1948) cuyos protagonistas, el inspector Yoshitaro Katayama y su gata Holmes, han logrado notable éxito popular tanto en el ámbito literario como al ser llevados a las pantallas de televisión.
En esta primera entrega, publicada en 1978, se traza el perfil humano y psicológico del excéntrico detective que aparece dotado de grandes cualidades ocultas bajo un carácter tímido e inseguro que le hace objeto de las burlas de sus compañeros. Cuenta, además, con la ayuda inestimable de la astuta e inteligente gata Holmes de aspecto exótico, por sus colores variopintos, que le sirve de guía protectora al indicarle nuevas pistas y advertirle ante posibles ataques de sus enemigos. Katayama recibe el encargo de investigar una cadena de crímenes cuyas víctimas son jóvenes de la Universidad femenina local, atacadas por un sanguinario asesino que no deja el menor rastro de sus delitos. El agente se traslada al campus con el fin de vigilar las entradas y salidas de las estudiantes y tomar nota de las incidencias sucedidas a lo largo del día o la noche. El asesinato del decano del centro y de otra joven en su habitación de la residencia universitaria confirma la sospecha de una red de corrupción interna de la que formarían parte empleados y profesores, dispuestos a impedir el avance de las pesquisas policiales. Pese a las dificultades que han de superar el detective Katayama y su gata Holmes, los hechos quedan finalmente resueltos, aunque de una forma tan inesperada como desconcertante para el lector. El autor, que imita en el estilo y el desarrollo de la intriga a los grandes maestros occidentales del género, refleja en las actitudes de sus personajes el carácter frío e implacable de la mentalidad nacional respecto a la moral, la culpa y el sentido del bien y del mal. En las relaciones del detective con superiores y colegas, así como con la familia y su atractiva novia Yukiko, el sexo, el aborto o el suicidio por honor se describen, sin detalles morbosos, como expresión aceptada de las costumbres propias del pueblo japonés.

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