LOS MISTERIOS DEL CALLEJON VOLTAIRE. 5: LA BARONESA EN EL BAÚL

Como todos los jueves, los vecinos del nº11 del Callejón Voltaire de París se reúnen para tratar asuntos relativos a su común afición a ejercer de detectives. A la hora fijada para el encuentro se echa en falta a Víctor, un antiguo ladrón reconvertido en cartero. Su ausencia se debe a que la policía lo ha detenido, acusado del asesinato de una anciana baronesa cuyo cadáver se ha encontrado en el interior de un baúl en su casa del extrarradio parisino. La obra, quinta de la serie a la que pertenece, narra los esfuerzos del vecindario para demostrar la inocencia de Víctor aunque conociera a la baronesa desde mucho tiempo atrás, cuando entró a robar en su desvencijada pero todavía suntuosa casa. El argumento es interesante, al poner de relieve o la exclusión social que de forma más o menos acusada cae sobre un delincuente arrepentido, una aristócrata envejecida y pobre y emigrantes tercermundistas. Sin embargo la acción está poco elaborada, presenta algunos fallos de verosimilitud que disminuyen el interés de la trama. Los protagonistas, los hermanos Annette y Fabo Gaillard, recorren distintas zonas de París, interrogando sospechosos que al final demuestran su inocencia. Por casualidad, descubren un huerto oculto en el parque de la baronesa, así como la existencia de una mesa de billar en el interior de la casa. Tales hallazgos conducen, al fin, a disipar las sospechas que pesan sobre el cartero. Escrita con estilo ágil, esta novela no es de las más conseguidas de la serie, pero aún así entretiene y familiariza al lector infantil con el género dentro del cual se encuadra. La figura de la baronesa, una anciana inteligente y compasiva, dispuesta a ayudar a los pobres, incluso por encima de la ley, induce a pensar que obra bien cuando acoge en su casa la mercancía procedente de un robo en un supermercado. Su ejemplo que aparece como digno de tenerse en cuenta, puede inducir a confusión a los lectores.

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