LOS QUE NO JURARON A HITLER

El libro aparece con un subtítulo: “El beato Francisco Jägerstätter y otros laicos”. Y sobre este joven campesino austriaco, que ha saltado a la opinión pública tras la película Vida oculta del reputado director Terrence Malick, se centra este ensayo. Una apología que recuerda también la vida de otros siete laicos que sufrieron la muerte por negarse a jurar fidelidad a Hitler.
El libro se compone de una introducción y tres apartados. En el primero, el contexto de la expansión política y la colonización ideológica del nazismo. El segundo se centra en la biografía del beato. La tercera parte, a modo de apéndice, unas notas biográficas de otros siete laicos que se enfrentaron a Hitler.
En la introducción explica qué es un mártir -necesaria aclaración en esta época que confunde sacrificio con morbo-. Refiere la presencia del mal en el mundo: “el nazismo era un tren que se dirigía inexorablemente hacia el infierno” (pág. 13). Y denuncia la falsa creencia de que la violencia nazi fue solo contra los judíos.
Es significativo el título del primer capítulo para entender el contexto histórico: “Cristo o Hitler: la violencia nazi contra la Iglesia”. Aporta documentos y hechos para constatar que la ideología nazi propugnaba que la Iglesia católica, al igual que la protestante confesional, debía desaparecer de Alemania: en la Alemania nazi no había sitio para Dios. Denuncia la leyenda negra sobre Pío XII y se pregunta si, cuando el ambiente era de dejación y silencio ante los desmanes de Hitler, las autoridades eclesiásticas hicieron todo lo posible para oponerse al nazismo. Con una cita del diario de Goebbels se refleja la situación política internacional: “La reacción del mundo, cero. La democracia comienza a resignarse” (nota 16).
La vida del beato ocupa el segundo apartado. Desde una infancia muy pobre y una madre viuda vuelta a casar, hasta una juventud un tanto frívola y el nacimiento de un hijo fuera del matrimonio. Su vida se estabiliza tras casarse con Francisca, mujer extraordinaria que le aporta la felicidad y la fortaleza en la fe, es su único apoyo cuando queda expuesto a las críticas de los suyos y a la persecución tras oponerse a Hitler. Las cartas desde la prisión, dirigidas a su mujer, muestran su lucha interior en defensa de su conciencia y su fe ante la encarnación del mal encarnada en la ideología nazi.
Catela acierta en la intención del libro, aportar datos frente a los mitos históricos, y en el planteamiento: mostrar que el martirio de Francisco Jägerstätter fue un acto de coherencia con la doctrina que había recibido, con la fe y con su conciencia. También hay que agradecer al autor las abundantes reseñas y referencias documentales.

TROA