MAGNUSIA

Tercero y último episodio de una serie de novelas fantásticas centradas en la lucha que los habitantes de un mundo imaginario llamado Erantia sostienen contra unos engendros que desean sembrar en él la Semilla del Mal. Periódicamente las fuerzas del Bien, que dirige un Alma Blanca, elegida por los poderes divinos, deben obligarlos por la fuerza a recluirse en las Catacumbas, una prisión subterránea cerrada por un Sello Sagrado, para evitar que se extiendan por todo su territorio y lo envuelvan en la oscuridad y la desolación. El relato se inicia en el momento en que Belsisor, jefe de las criaturas malvadas, es derrotado y encerrado, una vez más, en las cavernas de las Catacumbas. Sin embargo, uno de sus esbirros, llamado Magnus, queda fuera, sin que él mismo sepa la razón, junto con tres ayudantes. A través de las puertas infranqueables de las Catacumbas, Belsisor trama con él un plan diabólico para recuperar la libertad y apoderarse de Erantia. El primer paso es hacer que Magnus se convierta en mujer, se haga pasar por una princesa y enamore al rey de Ludivina, una de las mejores comarcas de aquel mundo. Una vez casada con él, la que ahora se llama Magnusia le envenena, se apodera del trono, en perjuicio de la legítima heredera y organiza un gran ejército para extender la Semilla del Mal, adueñarse de Erantia, liberar a Belsisor y entronizarle sobre las tierras conquistadas. Al conocer sus intenciones, el joven que había sido elegido como Alma Blanca poco antes se moviliza y reúne un ejército que, si bien es menos numeroso que el de sus enemigos, en cambio, le supera en valor. La trama se centra en el desarrollo de los desiguales combates que unos y otros mantienen y que al comienzo de las hostilidades son siempre favorables a los ejércitos de Magnusia. El progresivo deterioro de las filas de los seguidores del Alma Blanca, desanima incluso al dios del Bien que, desde el Paraíso, contempla impotente las batallas hasta que la situación deja de ser tan favorable para quien aspira a ser el amo y señor de todo cuanto le rodea. La historia, escrita con estilo sencillo y vocabulario de uso común, de fácil comprensión, está concebida para atraer a un público que busque entretenimiento sin especiales exigencias en cuanto a calidad literaria se refiere. La interferencia de poderes sobrenaturales en el planteamiento argumental, da lugar a una visión dualista y pagana de la divinidad, que puede confundir a lectores poco formados, incluso tratándose de un relato donde los personajes son en su mayoría puramente fantásticos.

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