MEMORIA EN TORNO A MIS ESCRITOS

Los editores de esta obra autobiográfica de Lubac han hecho bien en ofrecer los dos libros de memorias en uno solo. Por un lado, encontramos un texto muy bonito sobre la primera parte de la vida del teólogo y, por otro, otro dedicado a exponer su trabajo como docente e investigador. El interés del ensayo es amplio: puede aprenderse mucho de él y resultará atractivo no solo para quienes deseen conocer más de cerca los pensamientos y la aportación teológica de Lubac, sino también para los que busquen una imagen fidedigna y más completa de la evolución de la Iglesia y el pensamiento católico a lo largo del siglo XX.

Lubac expone su formación, justo en el momento en que se enfrentaba la Iglesia a la crisis modernista. Fiel al dogma y al magisterio, también se advierte en sus obras -de las que aquí se expone el proceso de producción y su contexto- la necesidad de repensar el legado de la tradición. Eso le llevó a momentos de incomprensión por parte de la jerarquía. Con humildad y talante conciliar, el teólogo francés explica que el tiempo de la Iglesia debe ser distinto al tiempo del mundo.

Para alguien ajeno a la teología, lo más interesante es el perfil de los grandes teólogos e intelectuales del siglo XX. Así, aparece la figura de Chardin, Balthasar, Blondel, Péguy, Danielou o Juan Pablo II. También se perfila Lubac como un precursor, especialmente por sus libros sobre las religiones orientales y su idea de ecumenismo.

TROA