MERCADO DE ESPEJISMOS

La trama de esta novela, premio Nadal en 2007, se basa en los planes que un español de mediana edad, traficante de obras de arte -falsas casi siempre-, realiza para robar, por encargo, las reliquias de los Reyes Magos que se custodian en la catedral de Colonia. En compañía de su antigua niñera, una campesina rumana, viaja por toda Europa estableciendo contactos y buscando ayudas para su misión, atraído por la expectativa de sustanciosas ganancias.
La obra es una parodia ingeniosa y transparente de los relatos de acción e intriga que buscan el éxito comercial a base de explotar curiosidades esotéricas y morbosas en torno a la Iglesia Católica. La trama resulta incongruente y se desarrolla de modo absurdo y disparatado, con la intervención de unos personajes extravagantes que no hay forma de saber qué hacen y por qué lo hacen. Se trata de una caricatura, pero, a base de ridiculizar a un tipo de relatos a los que parodia, el autor acaba incurriendo en lo que denuncia, es decir, en la poca calidad de este tipo de libros. Para que no falten semejanzas con los libros aludidos, en la obra también hay repetidas referencias eróticas y abunda el lenguaje obsceno.
Aunque en las páginas finales el texto trata de recubrirse de mayor profundidad, la obra tiene un nivel artístico bajo. Los falsificadores, mercaderes de espejismos y sumergidos en un mundo poco real, son símbolo de otros espejismos, los religiosos, cuyo ejemplo más significativo pueden ser las reliquias. El humor con que se trata a estos pícaros se extiende a aquello que buscan, y así las devociones tradicionales son también objeto de burla irónica.

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