MI HIJO ES UN VAGO

Libro de gran interés, con un contenido de calidad y una forma amena y divulgativa.Lo más determinante para ayudar a un hijo perezoso es hacer equipo padres y profesores en una línea de acción común. El esfuerzo es hoy día un valor en crisis, prima la ética de la diversión sobre la del esfuerzo; más importante que evitar esfuerzos a los hijos es proporcionar habilidades, establecer hábitos y rutinas que aportan estabilidad. Algunas van en la línea de la cooperación en casa, que les ayuda a crecer en responsabilidad. Es muy práctica la descripción que hace el autor sobre la graduación de posibles tareas según las distintas edades de los hijos. Advierte a los padres del peligro de centrar la comunicación con sus hijos en órdenes y recados. Les anima a dirigirse a ellos con firmeza y suavidad, elogiando lo positivo. Rechaza el autoritarismo controlador y exigente de una obediencia ciega. Apuesta por el liderazgo de padres que van por delante, flexibles y con criterios definidos, y les orienta sobre cómo deben ir relajando paulatinamente las normas, así como consensuar sus actuaciones ante los hijos. Es muy interesante el valor educativo de la motivación intrínseca, la concepción plástica de la inteligencia, las orientaciones sobre profesores particulares. Muy útil.

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