MIENTRAS NIEVA SOBRE EL MAR

Por casualidades del destino, o por un error del correo, el narrador recibe en su casa un manual de instrucciones para levantar un faro y el material necesario para construirlo transportado por doce vagones de mercancía pesada del servicio ferroviario. Algo extravagante para quien vive entre llanuras de trigo y a quinientos kilómetros de la costa más cercana. A las pocas horas de ser construido, dominando el horizonte sobre las espigas, empezaron los prodigios: el mar se hizo presente y una botella vino a morir a la playa, y tras la botella, un náufrago.
Pablo Andrés Escapa introduce al lector en el interior de un círculo de historias maravillosas envolviendo de cotidianidad el misterio. Con el primer cuento del libro, “Robinsón”, abre la puerta del prodigio y con el último, “Náufrago”, nos invita a cerrarla con la suavidad de la nieve cayendo sobre las olas. Entre medias, las historias que le va contando quien ha llegado maltrecho y mojado a las puertas de su faro: “Bajo el fuego pálido de las estrellas, las palabras de aquél traído por el mar solo hubieron de sembrar lecciones de rara ingenuidad que hacían dichoso el encuentro”.
El invierno, la nieve, el mar, la Navidad, serán imágenes y escenario de los cuentos. El lector llegará a conmoverse con “Figuras”, “Semillas” o “Surcos”, en los que el misterio de la Natividad se hace personal y cercano. “Levedad” le llevará en tan solo tres páginas a las profundidades del amor sostenido en una mirada y desbordado en lágrimas de silencio.
El autor, envolviendo de fantasía la verdad, con un lenguaje poético que trasmite emoción e inocencia, invita a quien lee sus historias, a recrearse de nuevo en el misterio y la fragilidad como “la nieve que, al calor de una voz casi tan blanca, empezaba a derramarse sobre el mar”.

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