MIL VECES HASTA SIEMPRE

Pese a lo que la contraportada del libro puede hacer creer, Mil veces hasta siempre no es en absoluto una novela de intriga: se trata más bien de un viaje al mundo interior de Aza Holmes, una joven que sufre una enfermedad mental: sin llegar a definirse de forma explícita como trastorno obsesivo compulsivo, su problema convierte cada una de sus actividades cotidianas en un peligro potencial de contraer una enfermedad mortal. Aza vive atrapada en una espiral de pensamientos intrusivos con los que no consiguen acabar ni la medicación ni la terapia cognitiva conductual; inmersa en una búsqueda constante de su identidad personal, de su Yo Real, de algo o de alguien que elimine en ella la sensación de no ser la protagonista de su propia vida.
A este viaje interior se suma un tenue hilo argumental centrado en la desaparición de un rico empresario cuyo hijo, Davis, es un antiguo amigo de la infancia de Aza. En compañía de Daisy, su mejor y única amiga, Aza se embarca en la búsqueda del padre de Davis; pero lo que al principio se apunta como una trama detectivesca acaba diluyéndose en medio del retrato psicológico de Aza y de su relación con Davis; y la resolución del misterio se produce casi por casualidad.
La descripción de los primeros escarceos “amorosos” (incluido el baño en ropa interior en la piscina de Davis) y cierto vocabulario inconveniente siguen la línea de los best sellers juveniles al uso, al igual que la visión intranscendente de las relaciones sexuales que hace —por ejemplo— que Daisy conciba la virginidad como “una construcción social misógina y opresora”.
Probablemente el principal interés del libro —especialmente para quienes deseen profundizar en el mundo de la salud mental— resida en la minuciosa descripción de los problemas psíquicos de Aza para la que, afortunadamente, al final se entrevé un futuro mejor: una nueva medicación la ayuda a asumir su enfermedad y vislumbrar un proyecto de vida que incluye aprender a vivir con ella y con el sufrimiento que conlleva. El profundo conocimiento que posee el autor de esta clase de trastornos queda corroborado en los agradecimientos incluidos al final del libro, donde el propio Green remite a los posibles lectores que se identifiquen con Aza al Centro Español de Información sobre Salud Mental.
La inclusión de algunos fragmentos extraídos de obras famosas de la literatura sólo lleva a hacer comparaciones que dejan al descubierto la discreta calidad literaria de los libros y los poemas del propio Green.

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