MUERTE EN ABRIL

Otra novela de la serie de Harry McCoy, inspector de policía de Glasgow. Para los que leen por primera vez un relato de esta serie es posible que no sepan quién es uno de los personajes que dominan la escena, Cooper, uno de los jefes de una banda local, amigo de Harry desde que eran pequeños, y siempre aparece ayudándole, a su manera; para poder ubicarle se van dando pequeños datos para no perderse.

Todo comienza con la explosión de una bomba casera en un piso pobre y donde muere un desconocido y además se encuentra sangre de otro en ese mismo lugar. A McCoy le encargan del caso, y en los momentos iniciales de la investigación le aborda Andrew Stewart, un capitán en la reserva de la marina de Estados Unidos, que le pide ayuda para encontrar a su hijo que también es militar y está destinado en la base americana cerca de la ciudad: lleva desaparecido unos días.

Casi inmediatamente de este suceso se conocen Cooper y Stewart y se hacen amigos en la presencia de McCoy por el interés mutuo del boxeo. Estando juntos los tres, intentan agredir a Cooper. Esa misma noche el agresor, otro delincuente, aparece muerto. Este caso se lo van a encargar a Wattie, un policía joven que se está formando con McCoy y al que le pide ayuda para resolver la situación. Wattie en la novela representa la ingenuidad y nobleza, la vida normal y también la inexperiencia.

Junto a estos dos casos, aparecen otros elementos que van a complicar más el argumento con la aparición de una academia de adolescentes que se entrenan militarmente y otro personaje Lindsay, militar muy condecorado del ejército inglés, que entrena a esos mismos jóvenes en una mansión de su propiedad.

Van a estallar más bombas, Donny el hijo de Stewart no acaba de aparecer, los delincuentes siguen actuando, todo se enreda con una referencia al IRA que salpica a McCoy. Se va descubriendo quién es realmente Lindsay, pero los pasos esclarecedores son muy lentos. Hasta que se acaban resolviendo todos los enigmas: las muertes, los enigmas de las bombas y quién es Lindsay. La novela acaba dejando abierto el camino para otros episodios.

El ambiente de Glasgow, los delincuentes, los pubs, sus calles, el ambiente escocés, todo contribuye a resaltar la figura de McCoy con sus defectos patentes, su úlcera de estómago y su poco caso a los médicos; un personaje lleno de contradicciones, pero un policía eficaz a pesar de su dudosa moral.

Una buena novela con sus escenas turbias, su violencia y los momentos de conversaciones soeces e inmorales bien tratados por este maestro de la escritura y del género.

TROA