MUERTOS PRESCINDIBLES

Los guionistas y realizadores de TV suecos Michael Hjorth (1963)y Hans Rosenfeldt (1964) continúan en “Muertos Prescindibles” la serie de novelas policiacas que protagoniza el excéntrico Sebastian Bergman, colaborador de la Brigada de Homicidios de Estocolmo a cuyo frente está el jefe Torkel Höldrund. La policía de una apartada región del interior solicita los servicios del equipo, debido al descubrimiento de seis cadáveres, desenterrados a causa de un desprendimiento de tierra.
Las víctimas presentan varios impactos de bala, lo que apunta hacia un asesinato múltiple cometido de forma simultánea por el mismo asesino. Los agentes se desplazan al lugar de los hechos y confirman, tanto la causa como la fecha aproximada de su muerte, fijada aproximadamente con una antigüedad de diez años. El tiempo transcurrido y la falta de datos identificativos dificultan el trabajo de los investigadores, que deben afrontar los inconvenientes del mal tiempo y las carencias de una zona rural desprovista de medios técnicos. De regreso a Estocolmo, se reanudan las pesquisas sin demasiado éxito, aunque las sospechas apuntan a un caso en el que aparecen implicados los servicios secretos de Suecia y Estados Unidos (CIA) cuyos documentos se consideran, por motivos de seguridad nacional, materia reservada. No obstante, el equipo de Torkel no cesa en sus propósitos y, tras una larga y agitada actividad, llegan a descubrir actuaciones de agentes secretos que recurrieron al crimen para ocultar sus propios errores y evitar sanciones de la superioridad. Cuando el caso parece resuelto, un desenlace imprevisto aplaza para el siguiente volumen la conclusión de un episodio que, por afectar gravemente a la seguridad de Sebastian Bergman, obligará al público aficionado a la serie a adquirir el próximo título si desea salir de dudas. Los autores utilizan con habilidad los recursos narrativos del género policiaco que cobra en sus novelas un ritmo trepidante al introducir las técnicas de plasticidad visual propias del cine en las que muestran su gran experiencia profesional. Las relaciones e intercambios extramatrimoniales, adulterios incluidos, de los personajes y de Sebastian Bergman en particular, se describen sin la menor referencia moral, aunque no incluyen detalles escabrosos de carácter sexual.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa