MUJERES DE PRINCIPIOS

Mujeres de principios integra tres narraciones cortas, escritas por otras tantas autoras inglesas de los siglos XVII y XVIII. En la primera, titulada “La historia de la monja”, Aphra Behn (1640-1689), narra la trágica vida de una monja anglicana que huye de su convento con el hermano de otra religiosa, tras robar a la comunidad una importante cantidad de dinero. La segunda, “Enredos amorosos” de Jane Barker (1652-1732) describe las múltiples maniobras de la joven protagonista para encontrar marido, tan complicadas como infructuosas. “Fantomina” la tercera y más breve, de Eliza Haywood, (1693-1756) se centra en una dama ilustre que gusta de disfrazarse para seducir al hombre que la galantea. Su habilidad para cambiar de aspecto le permite mantener relaciones bajo diversas identidades sin que él lo sospeche y así evita que se canse de ella.
La obra destaca, en primer lugar, por incluir firmas femeninas en una época en que no quedaba bien en las mujeres leer novelas y mucho menos, escribirlas. Las autoras además, coinciden en prestar a sus protagonistas unos caracteres humanos muy peculiares, lejos de los rasgos comunes a las jóvenes de esos tiempos. La monja que escoge el claustro tras desdeñar pretendientes muy dignos para abandonar los hábitos después por un admirador poco conveniente, al que acaba asesinando, es un caso muy particular de reivindicación de la mujer frente al hombre. La segunda historia, pone de manifiesto las consecuencias de vivir en una sociedad que considera educado esconder los sentimientos y aparentar frialdad. El tercer relato, en cambio, puede considerarse más próximo a nuestra época en tanto que su argumento gira en torno a la atracción sexual, en unos términos bastante coincidentes con los modernos en el fondo, aunque no tanto en la forma, más elegante y refinada. El estilo, caracterizado por lo retórico y ampulosos de sus expresiones de cortesía está fielmente traducido pero, por ese mismo motivo, queda lejos de los gustos actuales. En cuanto al contenido, la conducta de las protagonistas, incluso si se considera la desfavorable situación social de la mujer en aquellos tiempos, no parece responder a principios morales ejemplares.

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