NADA SUCIO

Con Nada sucio comienza una experiencia pionera en la que Lorenzo Silva y Noemí Trujillo inauguran una serie policiaca que continuarán otros autores. La protagonista de esta novela negra es Sonia Ruiz, joven madrileña que vive en Getafe, parada y sin recursos económicos ya que su pareja la ha abandonado dejando a deber la hipoteca. Totalmente desesperada decide montar una agencia de detectives con el deseo de no involucrarse en asuntos inmorales. Una incitativa muy audaz en la que le ayuda su amigo Pau, entre ambos hay un enamoramiento camuflado que no acaba de manifestarse a pesar de que viven juntos. El primer caso al que se enfrenta es el de una mujer que está siendo acosada por su jefe en un centro comercial de Leganés, tarea nada fácil y que sumerge a Sonia en una turbia trama con situaciones muy comprometidas como un encuentro sexual al que ella accede ingenuamente así como un intento de intimidación violenta a cargo de matones. Sin saberlo se enfrenta a un poderoso personaje que ha colgado en la red fotos de sus encuentros sexuales y que hará lo posible por no ser descubierto. Sara está a punto de pagar cara su inexperiencia pero la valentía y sagacidad de Pau logran sacarla del atolladero. El caso se cierra de forma provisional dejando un final algo abierto.
Los autores dominan la técnica del genero y Nada sucio atrapa al lector ya que ofrece un argumento de connotaciones actuales que refleja ambientes y problemas creíbles como el drama del paro, la extorsión, el acoso sexual o la ingenuidad de la mentalidad juvenil así como el lado oscuro de Internet y las redes sociales, un universo difícil de controlar. El relato está resuelto con frescura estilística, sobriedad en la prosa y buen ritmo a través del encadenamiento de eficaces giros narrativos. A lo largo de la historia se advierte un clima perimisivo en torno a las relaciones sentimentales así como en los métodos para conseguir información y, dada la temática, hay algún apunte grosero.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa