NADIE MUERE EN ZANZÍBAR

Fernando García Calderón novela la vida del sevillano Juan Ángel Santacruz de Colle (1900), un experto en libros antiguos que llego a fundar la Logia de los Calígrafos. El autor arranca de unos diarios encontrados acerca de un familiar del grupo “Mediodía” para relatar la trayectoria de este aventurero, gran estafador y algo mujeriego. Nadie muere en Zanzíbar cuenta como Santacruz mantiene turbios negocios con clientes alemanes y tiene que huir de los nazis llegando hasta Zanzíbar donde conoce a Walter Benjamín y se sumerge en la exuberante civilización africana llegando a adoptar dos identidades: el gibraltareño John Cross y el árabe Jamshid A. bin Said. También estuvo en varios países de Europa, Kenia y Tanganica. Hombre decidido y de fuerte personalidad desempeñó numerosos oficios y colaboró activamente en los diversos procesos de independencia de los países donde residió corriendo arriesgadas aventuras siempre a través de una doble vida acorde con su doble personalidad. Supo respetar las diferentes culturas y tradiciones y granjearse la amistad tanto de los brujos más primitivos como de intelectuales de renombre. Defendió siempre a los más desfavorecidos y, enemigo de la violencia, consideraba que la cultura era el único medio para lograr el progreso de los pueblos.
La obra es futo de una abundante investigación por parte del autor que, en paralelo a la vida de Juan Ángel Santacruz, es también una crónica de los últimos años del protectorado inglés de Zanzíbar, detallada de forma prolija y con abundantes datos documentales a los que García Calderón añade algunos elementos de ficción. La narración, lineal y correcta técnicamente, está centrada en el enaltecimiento del protagonista cuyas andanzas amorosas se muestran con cierto erotismo. El estilo sumamente descriptivo de los exóticos escenarios donde se desarrolla la novela así como los numerosos apuntes costumbristas e históricos ralentizan un poco el ritmo de su lectura a pesar de que se incluyen episodios de acción.

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