NO ES PAÍS PARA VIEJOS

Un veterano de la guerra de Vietnam que vive en la zona fronteriza entre Texas y México, un día en que sale de caza presencia un sangriento ajuste de cuentas entre narcotraficantes rivales. Tras la refriega se acerca a los cadáveres y descubre junto a uno de ellos un maletín con mucho dinero, del que se apodera. Se desata entonces una persecución contra él en la que intervienen distintos personajes, desde un asesino profesional a un sheriff próximo a la jubilación, y la lucha por sobrevivir frente a los demás será el objetivo de todos ellos.
El argumento se desarrolla como una partida de caza múltiple donde todos son cazadores y presas a la vez y actúan como fieras acorraladas en muchos casos. Sólo el maduro sheriff conserva un mundo interior anclado en principios morales sólidos que le permite tener auténtica dignidad humana y sentir la derrota de ver que los demás no los tienen ni les importa no tenerlos. La obra está bien escrita, con estilo mezcla de realismo duro y tono poético, según corresponda, y se apoya en una técnica sólida, donde se trenzan capítulos alternativos dedicados a cada uno de los personajes centrales. El autor, norteamericano nacido en 1933, describe aspectos sombríos de su país a través de una trama cargada de violencia que transcurre en tierras donde la ley cuenta poco, la vida apenas vale y no es fácil llegar a viejo. Amarga y desolada, es ésta una novela sin esperanza, salvo la que da la certeza de morir, pero que aún así interesa por su fuerza expresiva, capaz de intrigar y generar tensión, aunque cuente con una elaboración intelectual mínima.

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