NOS VEMOS EN EL MUSEO

Tina Hopgood, una mujer ya madura, casada y con nietos, recuerda en un momento dado de su vida –un periodo crítico- el libro que un profesor les regaló a ella y a otras compañeras de estudios hace ya más de treinta años. El libro, escrito por el profesor Glob, se refería a los estudios sobre el llamado “Hombre de Tollund”, un cuerpo perfectamente conservado que fue desterrado en 1950, en una turbera de Jutlandia (Dinamarca), y que tiene una antigüedad de más de 250 años antes de Cristo. El “Hombre de Tollund” se encuentra en el Museo danés de Silkeborg. El escritor Seamus Heaney dedicó a este “hombre” algunas de sus composiciones poéticas más celebradas. Tras releer el libro, Tina escribe directamente al Museo para ponerse en contacto con el profesor.
Le responde Anders Larsen, el Conservador, quien le comunica que el profesor Glob falleció en 1985. Aprovecha la carta para contarle alguna cosa del Museo y del “Hombre de Tollund”. Se inicia así una correspondencia entre una escocesa y un danés que transita en las primeras misivas por territorios generales hasta que, poco a poco, empiezan a tocar asuntos personales. Los dos reconocen los beneficios que les están aportando esas cartas, pues les están sirviendo para plantearse y explicarse cosas de sus vidas.
Tina está casada con Edward, un hombre de campo muy diferente a ella, una mujer más sensible y no tan práctica como su marido, a quien solo le interesan las cuestiones tangibles, las tierras y el dinero. Por su parte, Anders está viudo y tiene dos hijos que viven fuera del hogar. Las cartas hablan de sus aficiones y pasiones, de la música, del arte, de sus respectivas ocupaciones, de sus hijos… Poco a poco, cada uno cuenta interioridades que no había contado a nadie. Surge entre ellos una corriente de íntima y tierna amistad, que les lleva a compartir las buenas y malas noticias. Y, además, en las cartas piden consejo sobre algunos asuntos importantes de sus vidas.
Por ejemplo, Anders comparte la inquietud que le ha provocado el hecho de que su hija Karin, tras una experiencia amorosa con un australiano, se haya quedado embarazada y ha decidido tener el hijo sin decir nada a esa persona. Anders hubiese preferido que las cosas hubiesen transcurrido de otra manera, pero acepta totalmente las decisiones de ella. También Tina le cuenta que su hija Mary, casada con Vassily, un lituano, han decidido abandonar el trabajo familiar para construir su propia casa y dedicarse a otros menesteres, dejando a ella y a su marido solos en la empresa familiar.
La intimidad entre Anders y Tina va a más. “Tus cartas se han vuelto importantes para mí”, escribe Tina. “No sé cómo podría sobrevivir sin tus cartas”, escribe Anders. Los dos se necesitan cada vez más. La vida dará un último e inesperado quiebro para facilitar que puedan conocerse todavía más.
Novela epistolar de planteamientos muy sencillos que consigue describir el estado de ánimo y emotivo de dos personas en un crítico instante de sus vidas, cuando necesitan a alguien a su lado y no encuentran a nadie que les pueda comprender. El matrimonio de Tina está en crisis de aburrimiento y la vida de Anders resulta un tanto incompleta desde la muerte de su mujer Birgitt. La lectura de las cartas ayuda a conocer los dos puntos de vista y a entender mucho mejor el sentido, un tanto errático, de sus vidas.

TROA