NUNCA TE HAGAS LIBRERO

Se lee en la solapa: “la autora negoció la compra de una librería en La Coruña, creyendo que así completaba uno de sus grandes deseos. El asunto es sencillo: se equivocó...”. Es la historia, gozosa historia, de un error, de confundir la pasión por la lectura, el amor por los libros, con el negocio de los libros. Le falló una de las patas: la del negocio.
Es una historia que enganchará al lector habitual: no se requiere ser un apasionado de los libros, basta con ser un lector curioso. Bajo el paraguas de la adquisición de la librería “Nós” en Coruña y su experiencia como librera, Cecilia Monllor ?ha sido editora y librera en la realidad? repasa, en fragmentos que se van superponiendo, su vida desde la niñez y adolescencia hasta la actualidad; sus títulos y autores preferidos, cómo se aficionó a la lectura gracias a una enfermedad y al ambiente que reinaba en su familia, la libertad que encontraba en los libros y un largo etcétera. Una vida que se va enriqueciendo a los ojos del lector gracias a los títulos que desvela.
Además del amable e irónico personaje de la protagonista, el relato avanza con agudas observaciones sobre autores y obras, referencias que va engarzando con los problemas cotidianos de la gestión de la librería, ilustrando literariamente la cotidianidad: destacado acierto de la novela. Este despliegue de autores y títulos son sugerencias para el lector, no en vano es un libro escrito por una librera.
Y aún otro aspecto también relevante: el conocimiento del ser humano (lo que denomina: “leer a los lectores”) que destilan sus observaciones y comentarios a raíz de la “fauna” que desfila por la librería y en el entorno del mundo editorial. Desde la empatía con los niños que comienzan a leer hasta la mordacidad con los autores, pasando por el irónico flagelo con los pesados o curiosos. Todo un muestrario de caracteres trazados con breves y eficaces pinceladas: “esta práctica de leer a lectores me ha proporcionado valiosas lecciones sobre la condición humana”.
Mencionar el estilo ágil y sugerente, donde combina distintos registros lingüísticos con sencillez, lo que aporta un lenguaje ágil muy acorde con la ironía y la distancia con que está escrito.

TROA