¡OH, QUÉ DÍA MÁS DIVERTIDO!

Con una excelente combinación de textos e imágenes, la obra ofrece el relato de las muchas cosas que los niños pueden hacer a lo largo de todo un día para pasarlo bien sin recurrir a nada extraordinario o prohibido. No se trata sólo de jugar sino también de ser útiles y ayudar a los demás de maneras que también pueden resultar entretenidas.
Cada capítulo encierra numerosas sugerencias en las que predominan aquellas que incluyen la participación de amigos, compañeros o hermanos, fomentando la importancia de la socialización de los pequeños aunque también hay opciones a realizar en soledad. Incluso los enfados y peleas se mencionan como algo posible en la dinámica diaria, siempre y cuando duren poco, se pida perdón y no sean demasiado frecuentes. La selección de temas y la redacción del texto son muy acertadas, por la adecuación a la edad y capacidad de comprensión del segmento de público al que se destinan. Sin embargo el elemento más destacable de este notable libro es el conjunto de sus ilustraciones, por su excelente nivel de calidad artística y lo sugerente de su composición para estimular impulsos imaginativos.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa