RAYMOND ISIDORE Y SU CATEDRAL

La obra recrea y transforma en literatura la vida de un habitante de Chartres en el segundo tercio del siglo XX, que a lo largo de varios años revistió su casa, jardín, patio y tapia con fragmentos de porcelana pertenecientes a objetos rotos rescatados de basureros.
Biografía y ficción se funden en este libro, un producto muy intelectual y metaliterario que analiza los efectos de la pasión creadora vistos a través de una óptica muy peculiar. Raymond Isidore, sucesivamente obrero metalúrgico, vigilante de un vertedero municipal y tramoyista teatral, a quien sus convecinos motejan como Picassiete -aludiendo a Picasso y a la palabra francesa equivalente a plato-, es un personaje singular, más literario que muchas criaturas ficticias de la narrativa universal. Humor, arte y reflexión filosófica se funden en este libro, que compara con ironía el arte gótico, del que la catedral de Chartres es un gran exponente, con el intento naïf de la "Maison Picassiete", situada en la misma ciudad. Es evidente que el autor hace un paralelo entre el genio visionario de los canteros del medievo y las extravagancias del siglo XX, cuyas conclusiones resultan evidentes para el lector aunque no se expliciten.

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