RICARDO CORAZÓN DE CARDO. EL BANDIDO MALCANALLA

El sofocante calor veraniego que reina en Peña Fangosa altera los nervios del señor del lugar, el conde Rotofredo, que se encuentra de muy mal humor. Por si fuera poco, Ricardo Corazón de Cardo, el más despistado caballero que se pueda imaginar, ha olvidado izar el estandarte en la torre del castillo, como era su obligación de paladín, antes de irse a disfrutar del clima mucho más suave, de una aldea cercana llamada Brisaburgo. A estos problemas se añade que el bandido Malcanalla insiste en apoderarse del tesoro más valioso que se custodia en cada condado de la zona, se comprenderá que la situación en plena canícula, resulta muy agobiante. El conde Rodofredo ordena que Ricardo, junto a su escudero Níspero y su caballo Titán, salgan a enfrentarse con el bandido y lo derroten cuanto antes. El encuentro entre ambos se produce en unas condiciones desfavorables que no eran las previstas y dejan al conde en un estado de ánimo más furioso aún que al comienzo de la historia. En la misma línea de anteriores títulos de esta serie, ambientada en la época medieval y dedicada a contar las desventuradas aventuras del caballero protagonista, el episodio narra sus disparatadas formas de entender lo que se espera de él en la misión que se le encomienda. El fiel escudero Níspero, más sensato y práctico, trata de enmendar los errores de su señor o, al menos evitar, dentro de lo posible, las consecuencias de su catastrófica conducta pero no siempre lo consigue. Escrita con imaginación y sentido del humor, su lectura resulta divertida, aunque el autor caricaturiza el culto a las reliquias de los santos para producir efectos cómicos de manera poco respetuosa. Tanto en el lenguaje coloquial como en los diálogos, se utiliza un léxico vulgar que incluye palabras obscenas cuyo uso es inadecuado en un texto dirigido a público infantil.

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