ROMANONES

El conde de Romanones tuvo un papel importante en la historia de España, pero apenas ha sido reconocido. Su labor en el proceso de democratización, fallido, que conduce del régimen de Primo de Rivera a la II República ha sido emborronado por los sucesos que ocurrieron con posterioridad, como la crisis de la República y, especialmente, el estallido de la Guerra Civil.
Según Gortázar, lo que ocurrió a partir de 1936 tiene su origen en los años veinte, cuando ni monárquicos ni republicanos se pusieron de acuerdo para consolidar la democracia. Romanones fue un importante hombre de Estado, destinado, desde su más tierna infancia, a ocupar puestos de responsabilidad, como se pone de manifiesto en esta biografía que repasa de manera cronológica y exhaustiva su vida.
Entre los diversos cargos que desempeñó, hay que recordar que no fue solo presidente del congreso y del senado, sino varias veces nombrado presidente del consejo de ministros. Gortázar ha dividido la obra distinguiendo entre una etapa de formación, una de dedicación política y, finalmente, los años de su retiro. El autor, además, pretende derribar algunos de los mitos creados en torno a la figura de un gran terrateniente, acusado de corrupción en algunas ocasiones.
Es interesante la radiografía del periodo que hace el libro y resulta oportuna las disquisiciones que ofrece sobre las dificultades que tuvo que atravesar España, desde la Restauración, para lograr un mínimo de normalidad democrática. Uno de los principales obstáculos fue precisamente la clase política, que pertenecía más al siglo anterior, que al XX. Para ellos, lo importante era la estabilidad, aunque no fueron muy hábiles a la hora de conseguirla.

TROA