ROSANDA Y EL HOMBRECITO BLANCO

La protagonista de este cuento descubre que un muñeco de nieve del árbol de Navidad aparece caído en una maceta, medio escondido, en lugar de guardarse en la caja de las figuras navideñas, una vez acabadas las fiestas. El pequeño hombrecito cobra vida y le pide que lo lleve a un lugar donde haga sol y calor. Como a Rosanda le resulta imposible cumplir sus deseos en pleno enero decide a cambio, llevarlo con ella durante una excursión de varios días a la nieve con sus compañeros de clase. La obra narra el desarrollo de esta actividad extraescolar, en la que los niños van acompañados de su profesor y de dos madres, la de Rosanda y la de otra niña del mismo curso. El muñeco de nieve hace de las suyas, pero a pesar de todo, la experiencia resulta muy positiva, tanto para los pequeños, que disfrutan mucho, como para los tres adultos que van con ellos y para el muñeco de nieve que, por fin, se deja guardar en el trastero. La autora ha querido fundir varias líneas temáticas en una sola historia pero no ha tenido la suficiente habilidad técnica para conseguir unificarlas de modo consistente. Como consecuencia, la acción muestra un desarrollo un tanto disperso, aunque variado, y los personajes transitan por ella de forma algo arbitraria. El estilo, coloquial en exceso, es de lectura fácil pero debido a su escasa elaboración estética, no aporta al público al que se dirige un enriquecimiento léxico destacable.

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