SALMO 44

Trata esta novela de una historia de amor surgida en un campo de exterminio durante la IIª Guerra Mundial. Un médico judío obligado a colaborar en los experimentos pseudocientíficos realizados por un médico alemán con prisioneros condenados a muerte, se enamora de una joven internada en razón de su origen no ario. La acción se sitúa a finales de la guerra, cuando el ejército soviético avanzaba desde el frente oriental liberando los campos de prisioneros situados en Polonia. Como resultado de esta relación, la joven queda embarazada y da a luz un niño, sin que el padre, trasladado meses antes, supiera de su existencia. Al poco de nacer, su madre y una compañera de barracón deciden huir, por miedo a que los alemanes las eliminen antes de retroceder hacia su país.
La obra narra fragmentos de esta aventura, enlazados con recuerdos del pasado de cada uno de los dos personajes centrales. El autor, nacido en 1935 en Serbia, cuando formaba parte del desaparecido Reino de Yugoslavia, hijo de un judío húngaro y de madre montenegrina, evoca las persecuciones y crímenes raciales llevados a cabo por los nacionalsocialistas del III Reich alemán, en los que perdieron la vida su propio padre y varios de sus familiares. Pese a la brevedad del relato, publicado en versión original en 1962, de la acción se desprenda un intenso dramatismo, reflejado en la actitud de los protagonistas. De una parte se sienten unidos por un fuerte sentimiento afectivo, aunque también son conscientes de la provisionalidad de su situación y de la fragilidad de sus respectivas vidas, constantemente en peligro. Lo precario de cada momento se acentúa en la protagonista femenina al ver morir a su alrededor a otras prisioneras y temer constantemente por la vida de su bebé. Cariño, angustia, esperanza, miedo y a veces odio, aunque en menor escala, se mezclan en la trama a veces con tintes poéticos, profundamente melancólicos y otras con un realismo brutal que resulta sobrecogedor por la violencia de las descripciones de torturas. Aunque por su edad, el autor no conoció en directo los hechos sobre los que escribe, su proximidad a ellos le permite tratarlos con hondura humana y gran fuerza narrativa.

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