SI YO FUERA UN PINGÜINO

Daniel se siente solo y que nadie le escucha. En su casa cada uno va a su aire y en el colegio, sus
supuestos amigos le obligan a hacer cosas que no quiere. Le hace falta la ayuda de dos amigas,
una dentro del cole y otra fuera, para ver su valía y que no puede dejar que le utilicen y tiene que
hacerse escuchar.
La historia de Daniel, un niño bueno, es triste. No tiene autoestima y es por eso por lo que se
deja mangonear. Aprende lo importante que es tener un buen amigo a tu lado que se preocupe
por ti y no juntarte con alguien solo por guardar las apariencias.
El instituto puede ser una época difícil para algunos adolescentes que se pueden ver reflejados en
este libro, así que podría ser una buena recomendación para ellos.

María Gómez