SUEÑOS A MEDIDA

Sueños a medida narra la historia de Santa Eulalia, prestigiosa casa de modas de Barcelona, situada en el Paseo de Gracia, sirve de base a la trama de esta novela cuya acción se construyen en torno a un empresario, a su genial diseñador de colecciones y a dos mujeres, la mujer y la amante de este último, hija de una costurera de la Casa, que llegará a ocupar en ella un puesto importante. Núria Pradas (Barcelona, 1954) dedicada hasta hora a publicar libros infantiles y juveniles, inicia con esta obra su labor como novelista.
La novela comienza en 1926, cuando los antiguos almacenes de ropa presentan su primer pase de modelos y se prolonga hasta 1940. Los dos hijos del fundador del negocio, Andreu y Roser, se hacen cargo de su gestión muy jóvenes al quedar huérfanos de padre y deciden imprimirle un giro radical. Roser se casa con un empleado que se revela como un gran creativo y aunque no interviene directamente en la tienda, su presencia es constante a través de su marido. La evolución de la moda y en paralelo los acontecimientos sociales y políticos que se producen en España durante las décadas de 1920 y 1930 centran el desarrollo argumental a partes iguales, junto con un tercer elemento, de carácter sentimental, tan relevante como los anteriores. El ambiente y el perfil de los personajes responden a los esquemas propios de la literatura comercial. Las descripciones de detalles de lujo y refinamiento propios del mundo de la moda y las abundantes referencias realistas a las injusticias sociales y a los sectores independentistas de Cataluña conforman el ámbito en que se mueven los personajes. Por su parte, estos responden a estereotipos de burgueses enriquecidos y proletarios sometidos a condiciones de vida miserables, todos ellos dotados de un carácter poco elaborado individualmente. El estilo, directo, de frases cortas y léxico coloquial, tiende más a facilitar una lectura amena y fácil que a brillar por su elaboración estética. Tanto en lo que se refiere a su temática como en la forma, la novela se mantiene dentro de esquemas convencionales atentos a narrar situaciones capaces de despertar interés momentáneo, más que a inducir a reflexión o profundizar en una problemática humana apenas esbozada. Las diversas relaciones extraconyugales que mantienen los protagonistas crean un clima moralmente permisivo que parece explicarse como fruto de una época agitada. Ciertas críticas a la Iglesia Católica se justifican por su postura a favor de los vencedores de la Guerra Civil, sin mencionar la persecución religiosa de que fue objeto durante la Segunda República (1931-1939).

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