TAKSIM

Taksim es una novela realista que ofrece un retrato de la sociedad de consumo en los países más pobres de Europa del Este tras la caída del Telón de Acero. El protagonista es un joven polaco que se dedica, junto a un amigo y socio, a la venta ambulante de ropa usada procedente de las naciones prósperas de Europa Occidental. Su autor, Andrzej Stasiuk (Varsovia, 1960) novelista, poeta y crítico literario es uno de los escritores más destacados de su generación en Polonia.
La acción, que aparece narrada en primera persona por el protagonista, guarda cierta semejanza con el género picaresco, en tanto que se centra en unos hombres que luchan día a día por sobrevivir a base de recursos ingeniosos y eficaces aunque de escasa moralidad. El vacío de poder dejado por la caída de la dictadura soviética se manifiesta en una sociedad desorientada, empobrecida y corrupta, dominada por mafias que, mediante sobornos, controlan la acción de la policía. En este caos, la mayoría de la población se mantiene a nivel de supervivencia básica, sumergida en la miseria material y humana. Con fatalismo no exento de amargo humor, las dos figuras centrales recorren cientos de kilómetros a través de varias fronteras en una vieja furgoneta cargada de cajas llenas de prendas de vestir de segunda mano, en cuyo fondo aparecen, a veces, roedores que han reducido a jirones parte de la mercancía. El autor refleja con duro estilo expresionista, minucioso en detalles descriptivos, el drama de una existencia precaria y carente de horizontes de futuro, que se beneficia, en muy humildes proporciones, del afán consumista que se ha apoderado de los pueblos liberados del comunismo y predomina incluso en los sectores más desfavorecidos. La trama plantea situaciones de violencia, derivada de rivalidades raciales entre gitanos y eslavos y de los conflictos con los chinos, directos competidores de los protagonistas en el comercio textil. La obra, muy bien escrita, encierra interés por la actualidad de testimonio social que su contenido encierra. Sin embargo, la escasa dimensión humana individual de los personajes, la lejanía de los escenarios donde se ambienta la trama, así como la reiteración en el desarrollo de ciertas secuencias argumentales, restan fluidez a su lectura.

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