TÓCALA OTRA VEZ, SAM

Con el subtítulo Las mejores músicas del cine, presenta Andrés Amorós un libro sobre bandas sonoras que titula Tócala otra vez, Sam, la frase más conocida de la película Casablanca -aunque Bogart no la dijera exactamente-. La portada muestra un expresivo fotograma de esa película, con Sam al piano y Bogart junto a él. Andrés Amorós (Valencia, 1941) es doctor en Filología Románica y catedrático de Lengua y Literatura en la Universidad Complutense, autor de numerosas ensayos, alguna novela y hasta de una versión del Quijote y otra del Tenorio. Hombre polifacético, ha cultivado notablemente sus grandes aficiones: los toros, el teatro, el cine y la música. Estas dos últimas aficiones se unen en el libro que ahora publica la editorial Fórcola. Buen divulgador, no aburre con sus conocimientos, sino que escribe con sencillez, un estilo coloquial y, sobre todo, con el entusiasmo del apasionado.
El autor explica la razón de esta obra en un prólogo que titula Preludio: ”Desde el comienzo del cine sonoro, la música fue una gran aliada de la imagen”. Después estructura su ensayo en tres partes. La primera dedicada a diez grandes directores y a la música que eligen: Tras John Ford, al que llama sencillamente, el cine, vienen Eisenstein y Prokófiev: John Huston, Billy Wilder, Luchino Visconti, Orson Welles, Stanley Kubrick, Sergio Leone y Federico Fellini, para Amorós una pareja ideal.
En la segunda parte, elige veinte películas del oeste con sus respectivas bandas sonoras... Un elenco que comienza con Murieron con las botas puestas (1941), a la que siguen entre otras, Duelo al sol (1946), Río Rojo (1948) o Solo ante el peligro (1952), hasta llegar a Billy the Kid (1973).
La tercera parte recoge Veinticinco canciones de amor en otras tantas películas. Comienza por La quimera del oro (1925), Candilejas (1952). West Side Story (1961) Desayuno con diamantes (1961), El Padrino III (1990), Los puentes de Madison (1995), hasta terminar con La Juventud (2015).
En resumen, un texto documentado, didáctico y bien perfilado, con múltiples anécdotas que lo hacen sumamente ameno y que gustará no solo a cinéfilos y melómanos sino a todos los lectores. Troa.

TROA