TODO POR UN MALDITO BALÓN DE FÚTBOL

A Berto, el niño que protagoniza esta historia, no le gusta nada jugar al fútbol sino que tiene otras aficiones, entre ellas la lectura y el diseño técnico. A pesar de eso, sus compañeros de curso de cuarto de Primaria quieren integrarlo en su equipo debido a que se hizo famoso por ayudar a la policía, dos meses antes, a resolver un caso criminal. Ante tanta insistencia, Berto decide asistir a un entrenamiento durante el cual el balón sale disparado y entra por una pequeña ventana, a ras de suelo, que da a la cripta de la catedral de la ciudad donde se sitúa la acción. El chico y sus compañeros sienten cierto temor de invadir un lugar sagrado lleno de tumbas pero al final él y su amigo Daniel entran para no quedar por cobardes y se ponen a buscar el balón. Desde ese momento se ven implicados en un complejo asunto relacionado con el robo de objetos de culto muy valiosos, en cuya resolución interviene también un sacerdote que escribe novelas policíacas bajo pseudónimo y acude a la catedral a consultar su excelente biblioteca. La trama enlaza hábilmente elementos de intriga y cuestiones relacionadas con el equipo escolar de fútbol en un desarrollo argumental interesante y bien elaborado. El contenido de fondo pone de relieve que no a todos los chicos les interesa el deporte igual que no todas las niñas juegan con muñecas y que todos tienen “derecho a hacer lo que les guste, Y a no hacer lo que no”.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa