TRAS LA PISTA DEL ESPEJO DE BUDA

Robert Pendleton es un químico descubridor de un maravilloso fertilizante, formula millonaria que interesa a la CIA y al gobierno chino; por eso cuando, sin causa aparente, desaparece misteriosamente en San Francisco salta la alarma en diferentes esferas. El banco en el que Pendleton ha invertido su dinero le encarga la investigación al detective Neal Carey. Una cuestión complejísima ya que tiene que desentrañar un secreto en torno al lago del Espejo de Buda. El trabajo le llevará hasta Hong Kong, allí, rodeado de espías, en un mundo ambivalente en el que los grupos maoístas están enfrentados a sectores más democráticos conoce a una enigmática mujer, Li Lan, que esconde un amargo pasado y es la clave del asunto. Con ella protagoniza arriesgadas aventuras y se involucra en una fugaz relación sentimental.
Este libro de Winslow es anterior a la serie que le hizo famoso pero ya se advierte su personalísimo estilo: lenguaje directo y desinhibido, a veces provocador, una estructura ligera a base de abundantes diálogos, un sarcasmo que se infiltra por las rendijas del relato y la creación de su protagonista: un detective audaz y divertido. La trama se centra en la desbordante acción cuajada de ritmo que ofrece giros sorprendentes y, lógicamente, en sembrar la intriga propia del género; se presta menos interés a la profundidad de sus personajes, algo planos. Incluye Don Winslow elementos exóticos, alguna secuencia de violencia y sexo así como numerosas descripciones sociológicas de China, bien documentadas. Su lectura puede resultar entretenida, especialmente para los seguidores del autor, sin más pretensiones literarias.

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