TRES ABUELAS Y UN COCINERO MUERTO

Minna Lindgren presenta Tres abuelas y un cocinero muerto como el primer libro de la que ha dado en llamar Trilogía de Helsinki y que ha cosechado un gran éxito en Finlandia. Fiel a su estilo, Lindgren revela una realidad de una manera políticamente incorrecta para una sociedad saciada de progresismo.
En la residencia de ancianos El Bosque del Crepúsculo donde viven las tres protagonistas se ha producido la inesperada muerte del joven cocinero, parece ser por suicidio. Además, uno de los ancianos dice haber sido violado en la ducha por uno de los cuidadores y poco después es trasladado hasta la sección de los dementes y, finalmente, una de las tres amigas nonagenarias empieza a perder facultades mentales a la vez que el número de pastillas que le administran en la residencia aumentan sin una razón clara. Junto a un amigo del cocinero muerto, interesado en averiguar todos los asuntos turbios que están ocurriendo, las tres ancianas no descansarán hasta desenmascarar las malas prácticas del consejo de dirección de El Bosque del Crepúsculo.
Con un humor irónico, ácido, simpático y a veces tierno, la autora plantea el sinsentido de la sociedad actual por eludir la inevitable muerte alargando la vida de las personas para finalmente recluirlas en residencias. Plantea al lector con realismo la soledad de los ancianos, su indefensión ante una sociedad más joven y vital, incapaz de reconocer al anciano como un tesoro de experiencias y amor. Siempre con cosas más importantes que hacer, pendiente de la economía, y sin tiempo para atender a sus mayores, el Primer Mundo altamente pagado de sí mismo, de su progresismo, pierde su propia identidad, su historia, su humanidad.
Los personajes principales no solo son creíbles y reales, sino que desprenden un maravilloso sentido común que invita a considerar que la vida no solo es bella, sino digna de ser vivida.

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