UN FANTASMA EN LA GARGANTA

La novela comienza en 2012. La autora-narradora se dirige al lector en primera persona. La protagonista, Doireann, es una mujer casada, enamorada de su marido y de su quehacer como madre. Hace una lista diaria de lo que tiene que hacer: ir al colegio, comprar, pasar la fregona, colada, baños, sacaleches... y va tachando según lo realiza. Es una mujer entregada con pasión a la crianza de sus hijos. Se siente plena cuando gesta a sus hijos, cuando da a luz y cuando los amamanta. Su satisfacción es tal que incluso dona parte de su leche para niños prematuros.
Doireann es inquieta intelectualmente. Su objeto de estudio es un poema gaélico, una Caoineadh o Lamento por la muerte de Art O Laoghaire, que aparece completo en las últimas páginas del libro. Art es el marido-amante de Eibhlín Nï Chonaill. La vida de Eibhlín se desarrolla en el siglo XVII, un tiempo aparentemente lejano para Doireann. Sin embargo, a medida que profundiza en los versos, irá descubriendo un mundo paralelo a su propia vida. Parece haber una obsesión de Doireann por la vida de Eibhlin, pero la autora hace un ejercicio narrativo maravilloso para integrar los sentimientos y las vivencias de las dos aunque conservan su identidad.
La novela es una reflexión sobre la mujer como madre, como amante y cuidadora, sin dejar de lado sus proyectos más personales. Ní Gríofa se centra especialmente en cuestiones como la lactancia materna, en la que encuentra un placer muy especial. Se siente plenamente madre, y se entrega a su labor como tal. La figura de su marido contrasta con Art; la descripción de su muerte, siempre a través del poema, es especialmente bonita. Doireann desea tener más hijos, pero su marido la ve cansada, en ocasiones exhausta, y por amor a ella se niega. El libro es una oda a la maternidad.
Magníficamente escrito, con un estilo muy elaborado que alterna largos periodos en prosa con poesías que van a proporcionar a Doireann su objeto de estudio y evasión de la rutina diaria. La autora sabe controlar los tiempos narrativos de cada personaje. La lectura no resulta fácil y aparecen muchas expresiones en irlandés sin ninguna nota al pie que aclare al lector las referencias a espacios y momentos de la vida de Eibhlin y Art.
La novela es buena, la historia curiosa y bien desarrollada. Recomendable para buenos lectores.

TROA