UNA HISTORIA ROMANTICA

La novela rememora la primera guerra de Independencia de Italia (1848) y narra a la vez una historia de amor desarrollada en Milán. El Conde Italo pide a un joven de origen noble que proteja a su bella prometida, Aspasia. Los dos combaten contra los austriacos, se enamoran apasionadamente y comparten acciones heroicas con gentes de toda condición, pues el pueblo milanés se ha echado a la calle para defender a su país. Pero el destino los separa, al joven se le da por muerto y Aspasia se casa con Italo. Treinta años después al conde le llegan unas cartas de amor en las que descubre que su esposa ha estado siempre enamorada del joven.
Destaca en esta obra el notable nivel literario logrado a través de una prosa brillante, expresada con un lenguaje culto y a través de un estilo muy visual. La ambientación histórica es rica, sin descuidar detalle, y bien documentada. El amor a la patria discurre paralelo a la romántica historia, fundiéndose en una bella implicación de todos los elementos: Milán, la cultura, la guerra y el amor, con diálogos y reflexiones acerca del patriotismo y de Italia. El relato está impregnado de romanticismo y de una atmósfera apasionada, estética y sensual. En la línea hiperrealista y cruda de la novela hay descripciones eróticas. La primera parte del libro está dedicada a la insurrección del pueblo, descrita con extremo realismo, no exento de belleza, y con un ritmo trepidante; luego hay un tramo más pausado, y se retoma la pasión en el dedicado a las cartas de amor del protagonista. Todos los personajes presentan una buena caracterización psicológica, cargada de hondura.

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